viernes, 15 de abril de 2011

Comunicación de masas, publicidad y estructura social

“Un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse”.
- Gabriel García Márquez


Esta frase tan sencilla pero cargada de sentido da la sensación de ser totalmente obvia, sin embargo, esto no siempre es así. En la sociedad en la que vivimos no siempre respetamos las diferencias de los demás, sino que nos encontramos con todo tipo de desigualdades. Así, aplicado al tema del blog, trataré de explicar, aludiendo al cómo y por qué se producen, cómo la publicidad junto a los estereotipos potencian las desigualdades.

Cabría empezar relacionando los estereotipos en la publicidad con el concepto de paradigma. Los estereotipos potencian unos aspectos físicos y psicológicos determinados que instan a las personas a seguirlos para así poder “encajar” en la sociedad. Por esta razón, son un paradigma crítico de conflicto puesto que hay posibilidades de cambio y existe una lucha constante. Por ejemplo, en un spot de la empresa de seguros de coches Mercator, aparece una mujer intentando colgar un cuadro y, con el taladro, termina haciendo agujeros por toda la pared, haciendo alusión al tópico de que las mujeres no pueden ser las “manitas” de la casa. Además, en la última parte del spot aparece la frase “porque tu mujer utiliza el coche también”. Así, este spot entra ya en una gran discriminación, en un fuerte machismo. Sin embargo, la sociedad muestra su desacuerdo con este tipo de conductas y lucha contra ellas, por ello se han introducido leyes en publicidad para poder regular este tipo de prácticas ilícitas que denigran a la mujer. La evolución del proceso de igualdad entre hombres y mujeres ha sido fruto de la unión de varios sectores contra los más sexistas, es decir, de conflictos y luchas internas de la sociedad.

Respecto al poder de los medios de comunicación sobre la sociedad actual está claro que es descomunal. En el estereotipo de la figura “ideal”, según el periódico 20 Minutos, los hombres han empezado a padecer anorexia por las series televisivas y algunas redes sociales se han utilizado para dar consejos para perder peso sin asesoramiento médico. Sin embargo, esta influencia puede utilizarse con un mejor fin. Hay redes sociales y otros blogs, como el de “La anorexia no es un estilo de vida”, destinados a ayudar a la gente a combatir la enfermedad y a frenar esas dañinas redes sociales. Además, Toscani realizó una fuerte crítica contra esto con una vaya publicitaria de una modelo anoréxica. De esta forma vemos cómo se produce una lucha en la sociedad, un paradigma crítico de conflicto, puesto que varios sectores de la sociedad luchan por modificar esta situación, tratan de hacer prescindir al público de esos modelos preestablecidos por la publicidad, por eso Dove utiliza modelos más “naturales”.

En conclusión, queda así demostrado el poder que tiene la publicidad para potenciar unos estereotipos que, a su vez, potencian ciertas desigualdades y la lucha de la sociedad por cambiar ciertos aspectos. En mi opinión, el poder que tiene la publicidad debería utilizarse con un fin más positivo, potenciar la igualdad, ya sea de género, raza, economía, política, etc. Además, respecto al interés social, destaca un supuesto valorativo crítico, es decir, la desigualdad no es inevitable, la meta es una sociedad justa e igualitaria porque, como dijo George Herbet, “en todas las tierras el sol sale al amanecer”.

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