lunes, 21 de marzo de 2011

Desigualdades sociales

Los estereotipos tan presentes en la publicidad no dejan de mostrar desigualdades sociales, que al fin y al cabo son una parte vigente de la mentalidad de la sociedad. Estos estereotipos en muchos casos se exageran hasta el punto de rozar la hipérbole y alcanzar así un tono humorístico. Un buen ejemplo para comprender mejor lo que expongo sería el anuncio creado por la agencia de publicidad Señora Rushmore para la compañía Bocatta en donde se muestra cómicamente a unos campesinos diciendo las cosas “típicas” que se suelen decir en los pueblos posicionando de este modo a estos  habitantes en un determinado rol de un estatus ínfimo, es decir en un estilo de vida específico, en este caso individuos sin cultura incapaces de progresar. Se da a entender de esta manera que están adscritos en una determinada estructura social que les impide subir de escalón por sus cualidades y logros. Como consecuencia muchos campesinos se sintieron ofendidos y el spot finalmente fue retirado. Este cambio tan repentino no habría sido posible sin una unanimidad, de modo que, al igual que Karl Marx, opino que esto se debe a la acción de las fuerzas de los conflictos internos de las sociedades sobretodo en las democráticas, que son más dinámicas y menos reacias a adoptar cambios.

En conclusión, la publicidad potencia estereotipos, pero estos están legitimados en la concepción de la realidad de los ciudadanos, bien en lo que piensan o en lo que anhelan.
 No obstante estos estereotipos se pueden cambiar siempre que haya un acuerdo general sobre un aspecto concreto. 

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