lunes, 21 de febrero de 2011

El origen hacia una sociedad Europea consumista

No sabía que la Coca-Cola fuera una bebida comunista…”

(Wolfgang Beckrer, 2003)

Esta mítica frase de la película Good Bye Lennin! nos hace situarnos en la República Democrática Alemana de los años 90, antes de que cayera el muro de Berlín. Época donde el mundo todavía se hallaba dividido en 2 polos opuestos con opiniones ideológicas aparentemente irreconciliables:

La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) que junto con Europa había salido de la Segunda Guerra Mundial seriamente dañada con enormes pérdidas materiales, económicas y humanas por un lado, y por otro lado la primera potencia económica mundial: Estados Unidos, constituida por una sociedad culturalmente muy elevada. Este esplendor comienza en  los años 50, más conocidos como los años de oro del capitalismo y de Hollywood llenos de prosperidad, donde tras el crack de 1929, el entretenimiento y el ocio comienzan a ocupar de nuevo la vida de los ciudadanos. Es el auge de cómics tan conocidos como Spider-man o Mortadelo y Filemón, de la ciencia-ficción con películas como La guerra de los mundos, de revistas como Play Boy, de las máquinas tragaperras, de los parques de atracciones como el de Walt Disney y de la fórmula 1. Así mismo las carteleras de los cines ocupaban las caras de iconos de la talla de Marilyn Monroe, Sophia Loren, Cary Grant, James Stewart o James Dean, todos ellos personas de gran influencia social.

 De este modo, se comenzó a desarrollar  la sociedad de consumo iniciada en la segunda revolución industrial colmando el mercado de productos como coches, motos, lavadoras, televisores y cualquier otro tipo de producto hasta entonces inimaginable como faldas, bikinis, zapatos de tacón o Barbies. Todos estos bienes proclamaban el placer de la compra como fin supremo de la vida a la par que la sociedad se iba democratizando y provocando una progresiva liberalización de las costumbres y de la sexualidad ofreciendo cada vez más derechos  y libertades. En definitiva, se buscaba una vida placentera y confortable que revindicara el cambio.

Pronto todos estos productos y servicios se extendieron por la maltrecha y desgastada  Europa, mejorando la calidad de vida de sus conciudadanos. Las ideas liberales Americanas justificaban la expansión de sus medios de comunicación y sus agencias de publicidad en pro de la libertad de expresión y comunicación. La emisora de radio Voice of América y otras infraestructuras de comunicaciones abanderaron el liberalismo en todo el globo implantando en diversos países la cultura americana, política y económica facilitando sus fines geoestratégicos. 

Así se inicia el origen del consumismo en Europa, consumismo que crea una necesidad imperante de adquirir más bienes. Tal y como muestra la película Good Bye Lenin  la influencia de Estados Unidos es enorme y el estilo de vida de los americanos se implanta en cualquier sociedad de forma silenciosa convirtiendo en este caso a Europa en la nueva American Way of life, donde no hay ninguna duda sobre la procedencia de la Coca-cola.

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